Estamos en
una época del año en la que nos toca hacer balance de muchas cosas. Por un lado
afrontamos el cierre contable y económico de nuestras empresas que nos
indicarán cómo ha ido nuestro año pero me voy a centrar más en preguntas que
nos deberíamos de hacer para mejorar nuestro día a día. Voy a hacer especial
hincapié en la digitalización de las empresas sin dejar de lado otros aspectos
igual de importantes.
Preguntas globales que nos afecten a
todos
Siempre es
mejor empezar a preguntarnos por aspectos que afecten al conjunto de nuestra
empresa. Problemas y ámbitos de mejora que nos permitan mejorar a todos. Hay
multitud de circunstancias que hacen a cada empresa un mundo totalmente
diferente al resto pero tenemos preguntas globales que nos pueden valer a casi
todos.
- ¿Dónde se producen cuellos de botella en nuestra empresa que impiden agilizar el acceso a cierta información?
- ¿Podemos mejorar la imagen que transmitimos a nuestros clientes?
- ¿Nuestra imagen digital se corresponde con lo que realmente hacemos en nuestra empresa?
- ¿Tenemos unos clientes fieles y quizás ignoramos potenciales nuevos clientes porque estamos cómodos en nuestra situación actual?
- ¿Hacemos estudios de mercado y analizamos la competencia para mejorar internamente?
- ¿Pensamos en la digitalización total de las personas que se incorporan al mercado laboral y que han mamado desde pequeños esos nuevos conceptos que lo cambian todo?
- ¿Nos estamos actualizando a la transformación digital de las empresas? ¿Es suficiente lo que hacemos? ¿Tenemos una estrategia a medio/largo plazo para conseguir objetivos con esta transformación digital?
- ¿Cada año tenemos nuevos clientes? ¿Se rejuvenece la cartera actual de clientes con los que trabajamos?
Y así
multitud de preguntas que nos deberíamos de hacernos y buscar respuestas a
todas ellas. Siempre con sinceridad y sin engañarnos a nosotros mismos. Nos
ayudará mucho.
Preguntas individuales a nosotros
mismos
Las
empresas las formamos las personas y debemos de ser autocríticos para conseguir
que los objetivos comunes salgan adelante. Muchas de las preguntas globales
tienen que acabar desglosadas en preguntas que nos tenemos que hacer cada uno
de nosotros.
- ¿Tengo información en mi poder que podría valer al resto de mis compañeros y que sería mejor compartirla con todos?
- ¿Qué hago yo para dejar a nuestros clientes satisfechos?
- ¿Mi trabajo diario es transparente? ¿Todos mis compañeros saben lo que hago?
- ¿Hago algo para transmitir al exterior todo lo bueno que hacemos en nuestra empresa?
- ¿Miro lo que pasa fuera o me miro más el ombligo?
- ¿Soy consciente de las aptitudes de los nuevos actores que están entrando en el mercado laboral? ¿Hago algo para actualizarme?
- ¿Propongo en mi empresa a los responsables las ideas que me rondan en la cabeza para mejorar nuestra organización?
- ¿Trabajo realmente en equipo con todos mis compañeros?
Conclusiones
Como he
comentado al principio es una época muy adecuada para reflexionar y mirar en
qué podemos mejorar en nuestra empresa. Y si tenemos un buen año aún más, no
vaya a ser que muramos de éxito. La autocomplacencia es el principio del fin
para muchas empresas. Dediquemos un rato a hacer balance.
Asier Oñativia