Ahora
que me encuentro en una fase de incertidumbre en mi futuro laboral ésta es una
de las afirmaciones más claras que he sacado de mi situación “La formación
continua no es una opción, es una obligación”. Pienso que esto se puede aplicar
prácticamente a todo el mundo y a todos los sectores, estamos en una fase de
continuos cambios en el que la revolución tecnológica está empezando y no va a
parar en las próximas décadas.
Si
a esto le unimos la delicada situación económica que prácticamente afecta a
todo el planeta las dudas sobre nuestro futuro se acentúan. En un momento tan
complicado lo único claro que nos queda es que cuánto más competentes seamos
más posibilidades de salir adelante tendremos. En el área de trabajo que a mí
me ocupa la mencionada revolución tecnológica de los negocios en la web 2.0
está rediseñando los modelos de negocios tradicionales hacia un entorno
distinto. No es que lo que antes hacíamos no valga, en muchos casos sí vale pero
la forma de entrar en el mercado tiende a reinventarse porque cada vez más
trabajamos en un único mercado globalizado.
Más
aún en España donde la mayoría de las empresas que siguen creciendo o que
aguantan la profunda crisis interna del país están exportando cada vez más
porcentaje de su volumen de negocio. Las barreras de idioma, comercialización y
logística son cada vez menos barreras y no queda otra que adaptar nuestro
negocio para que dichas barreras no sean un obstáculo para el crecimiento de
nuestro negocio en cualquier lugar del mundo. Como es obvio esto no se puede
hacer a la ligera y cualquier caso de éxito viene después de un inmenso trabajo
de estrategia, desarrollo y finalmente éxito de este nuevo modelo de negocio.
Lo
dicho, sigamos todos creciendo en conocimiento dentro de nuestras posibilidades
porque como se dice ahora en muchos lugares, “las crisis tan profundas como
esta lo único que tienen de bueno es que las personas tienden más a innovar y a
emprender porque no les queda en muchos casos otro remedio”. Así el talento y
las buenas ideas afloran más que en épocas de crecimiento donde la mayoría
tendemos más a acomodarnos dentro de una empresa ya consolidada.
Asier Oñativia
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